iris arbona torres
DISTANCIA a Glenn Allken Adams
Fuiste realidad, profunda herida, recuerdo en mi mente, en mi corazón, coraje, ira. Amé sin versiones huecas, hacer de caricias... Perdí mi yo en tu yo, mi voluntad en la tuya, mi identidad en la NADA, tu mentira. Di, lo que sólo el alma da por amor altruista, la auto-negación, la distancia de mi vida. ¿Eres feliz? ¿Te diviertes? yo me anego en la anarquía de no saber cómo amar otros seres, otras vidas. Apenas comienzo a disfrutar otros guías. Recién a entender empiezo la misión de tu mentira. ¿Dudé acaso que una vez tus caricias fueron mías? Mas qué importa, para qué mirar atrás. Perdóname el volver al pasado la mirada. Te di la libertad y, en dártela, conseguí la mía. |
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DIAMANTE
He querido ser prisma para romper el iris de mi ser, pero mis colores se aferran a la luz y se repiten en cada gota de lluvia, fuente o cristal para traslucir mi amor. Mas siento que tú atrapas mis tonos y captas cada banda para detener mi fuga y que me convierto en destellos de lo que tú quieras y que sólo, por instantes, lucirás ese diamante porque los tesoros se guardan.
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RESURRECCIÓN
Quisieron mis ojos ver rayos diáfanos del nuevo día. Sin embargo, la lluvia me obligaba al encierro, al tanteo entre las sombras. Extendí mis manos sobre la losa húmeda de los trastes mañaneros. Hundí mis dedos en la esponja y sentí colarse el frío por mis poros abiertos. Temblé, un temblor que nació, tanto de mi piel como de mi espíritu. Sentí unas lágrimas al concierto lluvioso, pero el coraje en mis sienes secó el caudal. Caí en cuenta del vacío que la soledad logró erigir en mi pecho. Miré en derredor, sólo un cuarto, un hueco, donde escondí dudas y hechos. Caminé contra mí misma sin caminos o veredas, recorrí sueños y reí, como tonta, al más banal de los chistes: ¡Qué más da, si la lluvia, el sol, el cuarto o la calle! Salí gritando: ¡Muévanse los muertos! |
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